DECRETO 90/2016, de 15 de julio, del Consell, por el que se declara 2017 como año conmemorativo del 80 Aniversario del II Congreso Internacional de escritores para la defensa de la cultura, y se crea y regula la Comisión para el desarrollo de los actos que se celebren.

SecciónI - Disposiciones Generales
EmisorPresidencia de la Generalitat
Rango de LeyDecreto
PREÁMBULO

Entre los días 4 y 11 de julio de 1937 se celebró, en la ciudad de Valencia, el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Este congreso fue promovido por la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, y su sede central, la ciudad de Valencia, estaba constituida en aquel momento como capital del Estado Español, «una capitalidad -en palabras de José María Azkárraga, coordinador del libro Valencia 1931-1939. Guía Urbana- forzada por las circunstancias de la guerra, pero no cabe duda de que dicha situación, unida a sus prestaciones como ciudad de retaguardia, le proporcionó la mayor importancia que haya tenido».

Los precedentes del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura se remontan al año 1935, con la celebración en París del I Congreso de Escritores, y la constitución de la Asociación Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura; y su antecedente más próximo se centra en la creación, el 30 de julio de 1936 -recién comenzada la Guerra Civil Española-, de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, organización civil que inicialmente se ubicó en Madrid y, posteriormente, en Valencia.

El II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura se inauguró por el presidente del gobierno Juan Negrín, el 4 de julio de 1937, en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Valencia.

En la madrugada posterior a la inauguración, después de una representación de la obra «Mariana Pineda» en homenaje a su autor, Federico García Lorca, asesinado por el fascismo, las bombas volvieron a caer sobre Valencia.

Después de la celebración de sesiones en Madrid y Barcelona, el congreso se reanudó en Valencia el 10 de julio, destacando las intervenciones de Fernando de los Ríos (en aquel momento embajador en EEUU) y de Antonio Machado, quien indicó la importancia de escribir para el pueblo con vocación internacional, tomando como referencia El Quijote.

Otros intervinientes en aquella sesión fueron escritores y periodistas como Kurt Stern, Tristan Tzara e Ilya Ehrembur, junto a intelectuales como Julen Benda, y todos ellos hablaron con la convicción de que los pensadores y los artistas debían preocuparse por el interés universal y servir al bien, a la justicia, a la razón y a la verdad, lo cual había sido históricamente su función.

Al Congreso acudió, asimismo, una delegación de Cataluña, compuesta por Emili Mira, Pompeu Fabra, Josep Pous i Pagès y Jaume Serra Húnter.

La delegación valenciana estuvo integrada por Bernat Artola, Ricard Blasco, Enric Navarro i Borràs, Adolf Pizcueta y Carles Salvador, quien se dirigió a los asistentes en valenciano.

A pesar de la trascendencia histórica de aquel momento, una falta de atención política ha traido al deterioro del patrimonio de la Valencia de la II República, como lo demuestra el estado de abandono de los numerosos refugios antiaéreos de la ciudad. Y, por lo que respecta al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, la única señal de referencia en toda la ciudad es una mera placa conmemorativa en la calle de la Paz, que fue emplazada, con motivo de la celebración del cincuentenario del congreso...

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